5 nov 2013

De-desaladoras

Nunca ha habido mucho debate público en España sobre los temas del agua, que o se circunscriben al mundo de los especialistas técnicos o se sitúan en los espacios en este sentido más demagógicos que reales de la controversia política. Ello es singularmente cierto en lo que se refiere a la desalación, la cual según sus críticos está siendo una estrella de corta luz y gravoso coste en la historia hidráulica reciente de nuestro país. La problemática de las desaladoras tiene en términos estrictamente técnicos varios ángulos de ataque que la hacen interesante, especialmente en lo que se refiere a la ingeniería del proceso y su eficiencia. Desde el punto de vista económico y regulatorio, la desalación plantea cuestiones relevantes en la relación entre agua y energía, que tiene en este caso bastante más enjundia de la que parece a simple vista. Recientemente se publicaba en The New York Times un artículo que, sin añadir nada nuevo a lo que ya conocemos, da sin embargo una idea de cómo se ve desde el exterior el plan español de desaladoras, concebido en el año 2004 como una alternativa a la derivación de los excedentes del Ebro al Levante (PHN de 2001). El artículo lleva un título significativo: Spain's Desalination Ambitions Unravel. Sobre este asunto no se conoce opinión de la Fundación Nueva Cultura del Agua, que en su día sí se pronunciaba con entusiasmo a favor de la desalación (y en contra del trasvase).

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