3 jun 2013

Hacia un cambio de modelo: (1) equilibrio

Según el Ministro Soria, el nuevo modelo que surja de la reforma del sector eléctrico tendrá como norte el equilibrio: '.. la reforma eléctrica en camino equilibrará un sistema que estaba casi en quiebra' (declaraciones en el suplemento sobre un nuevo modelo económico, diario Expansión del 27 de Mayo). No es fácil deducir exactamente qué clase de equilibrio eléctrico es el que persigue el Gobierno, si es el mismo que desearían las empresas del sector, en tal caso qué empresas o cuáles de ellas (¿las de UNESA, las 'otras'?) o bien los consumidores, sean industriales o domésticos. Una diferencia importante entre el mundo de la economía y la realidad física sobre la que opera es la laxitud comparativa de los conceptos que se dan en el primero en relación con el segundo: así, mientras el equilibrio en un sistema físico sabemos a qué se refiere en función del fenómeno que se analice, en la economía del sector eléctrico se trata de una especie de juego de las sillas y en cada nueva ronda de reformas 'equilibradoras' siempre hay algún actor que se queda descolocado o incluso cae al suelo.

Entiendo que el Ministro se refería en su comentario publicado en Expansión al equilibrio entre ingresos y costes en la parte regulada del sistema, es decir al problema del denominado déficit de tarifa y sobre ello opinaré en el momento que se sepa cuál será el contenido real de las medidas, hoy simples especulaciones. Sin embargo antes de ir a las finanzas no está de más recordar algunos desajustes del sistema más básicos que el que muestran las cuentas, pues el déficit no es en el fondo sino un puro reflejo de algunos de los problemas reales que afectan al suministro de electricidad en España. Las cuentas del sector eléctrico podrían encontrarse equilibradas (bastaría una subida de las tarifas hasta el punto de igualar ingresos y costes regulados) sin que ello significase que aquel funciona en las debidas condiciones en términos de interés público, óptimo social e incluso rentabilidad económica para las empresas.

Simplemente mencionaré algunos desequilibrios que saltan a primera vista, antes de entrar a ver cuánto descabalan las cuentas del sector: el exceso clamoroso de potencia instalada frente a la demanda de energía eléctrica; el porcentaje creciente de capacidad no firme en el sistema frente a la que tiene garantía, disfrutando además aquélla despacho prioritario y siendo en promedio dos veces y media más cara; la contradicción entre el modelo de remuneración comprometida a largo plazo con los productores de RES y el coste real de mercado, decreciente en el tiempo, de las tecnologías de conversión, especialmente la solar fotovoltaica y la eólica; la magnitud sistemáticamente al alza de los costes del 'envoltorio' de la electricidad, es decir de todo aquello que no es energía o servicios de red; la carga impositiva multivariada que afecta al suministro eléctrico; la limitadísima competencia real que se da en las actividades eléctricas 'liberalizadas', nominalmente la generación y la comercialización minorista; la muy reducida capacidad de intercambio de energía eléctrica con el resto de Europa; los errores sistemáticos de la planificación energética, abrumadores en lo que se refiere a las tecnologías renovables menos eficientes; la falta de relación discernible entre el precio de casación del mercado spot y los costes reales de generación según tecnologías e instalaciones; la abultada importancia comparativa del spot en el conjunto del mercado eléctrico frente a los contratos bilaterales físicos y a plazo; etc., etc., etc.

En fin, quien quiera saber cuánto es lo que se le debe (debemos) al sector eléctrico y a los tenedores de esa deuda que gestiona el FADE puede hacerlo en el último informe de la Comisión Nacional de la Energía sobre la deuda viva. No pongo la cifra directamente en el posting porque da escalofríos y estamos en Junio, mes de entrada del verano y sus calores.

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