30 abr 2013

Los males de la Patria

Disculpad esta salida por la tangente. No es que quiera emular a Lucas Mallada pero me ha llamado hoy la atención este artículo sobre España en el Financial Times. En buena parte lo suscribo, aunque no sabía que nuestro país se hubiera convertido en un líder global de la industria cinematográfica (el articulista debe pensar que todos son Almodóvar por aquí y Almodóvar, Billy Wilder; no es eso, no es eso, diría Ortega). Suscribo lo del AVE, ejemplo de exhuberancia irracional patriótica (nacional+regional) y que me disculpen los ferroviarios, pero no creo ser el único que piensa así sobre lo que debería ser exigible en términos de rentabilidad económica y social a la malparada y exánime inversión pública. Me ha gustado además en el artículo, porque me parece que es cierto, el diagnóstico sobre la necesidad de buscar un impulso optimista, que eleve el espíritu colectivo. Nuestra profesión tal vez podría contribuir a hacerlo desde el agua, aportando a ello capacidad propositiva, ánimo nuevo y torrentes de creatividad, que falta hace en el dominio hidráulico. Se dice que el agua puede con todo. Agua fresca, no ducha fría.


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