7 nov 2013

¿Fallos del mercado, fallos del Estado?

Según la doctrina económica, se produce un fallo del mercado cuando el conjunto de instituciones y agentes económicos que lo forman no consigue que la oferta de un determinado bien o servicio sea capaz de satisfacer en las condiciones adecuadas de cantidad y precio la demanda que existe. Ese es un argumento clásico al que se refieren los manuales de los economistas para justificar la intervención pública, entendida como una alteración desde el Gobierno de las condiciones 'naturales' del mercado, que en su ausencia se rige por lo que Adam Smith llamaba metafóricamente 'la mano invisible'. En el caso de la energía llevamos unos años asistiendo a una situación hasta ahora inédita: aumento importante de la oferta tanto a escala local como global (renovables y shale gas, especialmente), caída de la demanda en la mayoría de los países europeos por razones vinculadas a la crisis económica y en algunos como España o el Reino Unido, un aumento sistemático de los precios y problemas de exclusión o pobreza energética que ya difícilmente pueden ocultarse. La Comisión Europea, tras años de ignorar esta anomalía en buena medida provovocada por la propia intervención pública (política energética y regulación), parece empezar a ser consciente de que algo falla. ¿Será el mercado o será el Estado, es decir las instituciones públicas?

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