24 jun 2013

Un mal sueño

Dice Nick Butler en su blog encapsulado dentro del Financial Times que las RES son un sueño que se desvanece, a fading dream. El comentario toma como base de partida la noticia conocida hace unos días de que el gigante industrial Siemens ha decidido abandonar el negocio solar completamente. Butler afirma que los planteamientos empresariales cuya viabilidad (rentabilidad) se basa en subsidios continuados y voluminosos se muestran poco persistentes (¿sostenibles?) cuando el viento de la política deja de soplar en sentido abiertamente favorable. Y no se refiere por cierto a España, sino a otros tres países que pone como ejemplo de inconsistencia: el Reino Unido, los EEUU y Alemania, donde el giro de la política y el interés cambiante de sus líderes van dejando la verde tierra prometida poco a poco de lado.

En España la situación es peor que en cualquiera de esos otros lugares porque la magnitud del desacierto cometido por reguladores y gestores de la política energética en la década pasada, especialmente en el quinquenio 2006-2010, junto con la pertinaz administración de esos errores, ha supuesto dos consecuencias calamitosas para quienes defendemos la importancia de las energías renovables por encima de los beneficios del negocio en que se han convertido. La primera a la vista está y de momento sin resolver por mucho que se esté prometiendo: el desbarajuste económico en que se ha convertido este sector. La segunda es si cabe aún más grave a medio plazo: el descrédito de las RES como una estrategia socialmente viable frente al cambio climático. Las energías renovables empiezan a verse de manera cada vez más generalizada como un expolio del consumidor amparado por la actuación insana de los reguladores y teniendo como objetivo directo la exacción de una renta primada en beneficio de inversores y financieros.

Lo cual es una auténtica lástima, causada por una gigantesta chapuza. Así de claro.

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