6 may 2013

La guerra de las corrientes - parte II

En la historia industrial de la energía es muy conocido el episodio de "la guerra de las corrientes", que así se denominó la pugna entre las dos opciones técnicas que a finales del siglo XIX buscaban el predominio en un sector entonces incipiente: la corriente continua (sistema Edison) por un lado y la alterna (sistema Tesla-Westinghouse) por el otro. El desenlace que aquella curiosa historia competitiva fue favorable a la CA, como es bien sabido, fundamentalmente por su facilidad de transporte a largas distancias con pérdidas moderadas, debido a la posibilidad de hacerlo mediante el uso del transformador a un nivel de tensión y estabilidad de onda que entonces era inalcanzable para la CC. Pues bien, la evolución tecnológica en el mundo eléctrico ha ido revertiendo esa tendencia en los últimos años, dando lugar a importantes desarrollos en alta y muy alta tensión en el campo de la corriente continua, dentro de una tecnología denominada HVDC (High Voltage Direct Current, corriente continua en alta tensión). Hasta la fecha las líneas HVDC se están utilizando especialmente para enlaces punto a punto a larga distancia, por lo general en tendidos submarinos, ya que en estos casos la capacitancia de las líneas de alterna suele ser un inconveniente objetivo. En España un ejemplo de referencia es la interconexión eléctrica del sistema peninsular con las Islas Baleares, mediante una línea HVDC a 250 kV entre Sagunto y Santa Ponça (proyecto Romulo, finalizado en 2011).

El problema hasta la fecha para la generalización de esta tecnología de corriente continua en las redes de transmisión de alta tensión, es la dificultad para crear redes malladas con líneas HVDC. Recientemente la empresa ABB ha anunciado un seccionador fiable para esta tecnología, que permie interrumpir de manera segura en 5 milisegundos un flujo de 1GW de potencia. Se abren así nuevos horizontes a un modo de transportar en continua grandes potencias a largas distancias, algo que se creyó definitivamente descartado hasta hace unos años. Una prueba más de que la innovación aún puede darse en sectores que se tienen por tecnológicamente maduros, como pensamos que es el eléctrico.

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